Los trabajos, que abarcan los 1.475 m2 de la plaza, así como el acceso hasta la calle de la Tienda y desde la calle Mayor Baja, suponen ya la cuarta fase del Plan Municipal de actuaciones en el casco urbano en los últimos nueve meses, que comenzó conel derribo de El Estrechillo, y continuó con la renovación de la red de abastecimiento y el asfaltado de las calles Barrio Nuevo y Calvario.

Ahora los trabajos se centran en la demolición de todo el pavimiento existente – que estaba seriamente dañado por el paso del tiempo, la Filomena y otras inclemencias meteorológicas- para su sustitución por nuevas baldosas en imitación a granito que aportarán uniformidad y resistencia a la zona peatonal, mientras que la calzada irá definida por un adoquín gris.

Todo, una vez que se ultima la actuación conjunta ejecutada con el Canal de Isabel II para reforzar el sistema de saneamiento, garantizando un adecuado drenaje de las aguas pluviales y residuales. Asimismo, se han dejado preparados los conductos necesarios para el futuro soterramiento de los cables aéreos que cruzan la plaza, un paso decisivo hacia la modernización y embellecimiento de este espacio urbano.

Cuando finalicen las obras, todo el espacio quedará dispuesto al mismo nivel, eliminando las actuales barreras arquitectónicas y facilitando el tránsito de las personas con movilidad reducida, devolviendo a la plaza su protagonismo como eje de la actividad social del municipio, a la vez que cruce de las principales vías.

“Estamos mejorando Perales y esta obra es la mejor muestra”, ha comentado la alcaldesa, Yolanda Cuenca, durante su última visita a las obras en compañía de la primera teniente de alcalde, Marisol Bucero, subrayando “al apoyo indispensable de la Comunidad de Madrid” y garantizando que el grueso de las obras “estará finalizado antes de que lleguen las Fiestas Patronales del mes de agosto”.